Primera entrada para el primer vídeo del año nuevo. Uno en el que nos hemos adentrado en la obra del cineasta que llegó desde lo más profundo de tu psique, David Lynch. ¿Y por qué? Pues porque su obra oscura, desnortada, magnética, nos viene al pelo para tratar de explicar algunas de las peculiaridades del vivir en la ciudad contemporánea. Una experiencia que puede resultar de lo más áspera, pero también darnos grandes momentos de belleza. A pesar de que al director de Montana no se le suele asociar con lo urbano, como sí se hace con otros (Woody Allen, Spike Lee, Jarmusch, por citar los primeros que vienen a la cabeza), la peculiar lógica de sus películas las convierte en una experiencia que tiene puntos en común con ciertos fenómenos urbanos de hoy en día, que muchos de nosotros conocemos de primera mano, aun cuando a veces son difíciles de expresar con palabras. Igual que su cine.